Tus actos y tus palabras no tienen nada que ver, son
inversamente proporcionales a lo que me dijiste aquel día en el parque. Tu
sonrisa; esa que desataba la euforia en mi, se ha convertido en algo tan simple
y forzoso que me desconcierta. Tu mirada, la que tanto he buscado… ahora solo
puedo apreciarla de verdad en esas fotos de días pasados. Los días de lluvia
han dejado de ser tus favoritos y la música ya no te llama y ¿Yo? Yo estoy aquí
pérdida, esperando a que decidas, esperando a que llueva y suene de fondo
nuestra canción preferida mientras me susurres un te quiero en nuestro parque. Quiero que vuelvas… pero ¿Quien tiene valor para enfrentarse al
corazón?
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