"Éramos como una canción vieja que te gusta y vuelves a reproducirla cuando ya te habías olvidado de ella"

Historias

domingo, 7 de junio de 2015

La tendencia a caer como gotas de lluvia


Cero a cero
Así se encuentra nuestro marcador desde que volvimos a vernos.

Otra en vez enfrentados lo que creo que quiero y lo que crees que quieres.

 Le declaro la guerra a tus palabras, esas, que dicen que creen conocerme realmente y a tus miradas, cuando no miras. Esta es la batalla que siempre tendemos a perder, cuando nos creemos que somos lo que no somos. Y empiezo a imaginar y comienzas a adivinar y no acertamos ninguno de los dos. Y acabamos decepcionando, rumbo al momento exacto que de tanto querer olvidar, recordamos.

Excavando entre todas las dudas que esconden los quizás y después de todo, se, que quiero más, mucho más. Y entonces me sorprendo, encontrando otra parte de ti  que me deja otra noche sin dormir o soñando contigo, pequeños desajustes en tus ultimas señales llevaron a mis pensamientos, otra vez, hacia a ti.


Son tantas las cosas que se me han escapado entre los dedos y tantos los momentos que mis dedos han dejado escapar, que he aprendido la lección.

Y creo que te equivocas, porque yo lo he intentado, pero al final entendí que no puedes convertirte en héroe si te has pasado la vida pensando que no puedes salvarte ni a ti mismo. Las cosas no funcionan así, no te levantas una mañana y  te encuentras con que te han crecido alas, pero a veces, las cosas que deseas realmente  se cumplen, por eso no entiendo que es lo que no funciono, solo se, que te quería más cuando éramos dos desconocidos.

viernes, 16 de enero de 2015

Antes de la lluvia.


"Te he perdido las ganas Diciembre, ahora prefiero el calor aunque no estés aquí"


Últimamente ando perdida. Eco de tus últimas palabras… temiendo que al final acabemos como empecemos, sin nada en las manos.

Y no es que me preocupe todas las palabras que pasaron por tu boca y por tu mente antes de decidirte por el sí o por él no, pero te diré que:

Puedo no saber mucho de abrazos pero si de vuelos de mariposas. Y las nuestras llevan la dirección equivocada… directa a estrellarse con la luna.

Puedo no entender mucho de besos pero si de esperar. Y todos los ratos que no estuvimos juntos aún siguen guardándonos un lugar.

Puedo no conocer mucho sobre te quieros pero si de miradas. Y las nuestras ya ni se buscan y cuando a veces sin querer, se encuentran, se resbalan y se caen al suelo.

Porque, antes de la lluvia, después de mojarte; mientras el mundo decide acelerar la velocidad en las que se forman los nudos en nuestros estómagos me gusta tener la certeza que tú tampoco puedes respirar bajo el agua, no puedes controlar las gotas de esta tormenta… así que;

Tú,
Te vas, huyes lejos y te escondes; porque ya te conoces de sobra todos los lugares donde no me vas a encontrar.

Y yo,
Escribo.

Porque cada uno siempre hace lo que sabe, y sé que ya no existe el equilibrio entre nosotros; o te quiero demasiado o no te quiero nada… o encontramos más razones o perdemos las ganas.


miércoles, 24 de diciembre de 2014

No se, si quizás...


Nos quedamos sin cobertura en mitad de nuestro beso. No sé de quién fue el primer fallo pero si quien dejo de contestar a las llamadas y después…

C
A
I
M
O
S

Contra nuestras mentiras y prejuicios. Choquemos con lo que juremos no ser. Con un montón de miradas y de silencios que no servían de nada. Con un montón de magia que se disolvió tan rápido como la creemos…

V    U    E    L    V    E.

Que pienso en ti demasiado. Sobre todo en lo que no hicimos.

Recordarte como el minuto que nunca quise olvidar. Si miro por mi piel aun puedo encontrar marcas; señales que aseguran que pasaste por ella y lo moviste todo…  y ahora no puedo parar de buscar lo que he perdido, de esperar; como nos pasamos esperando todo en la vida.

Y entonces llega el invierno y con el vuelven las miradas largas que nos mantienen calientes solo a ratos.
Y minutos después me miras. Y me giro. Y todo va más deprisa. Se acelera y se detiene. Vuelve todo y se va todo.
Y veo que respiras pero no coges aire antes.
Y quieres decir algo pero no hay nada que decir.

Y sé que me estoy acercando y necesito retroceder.

Porque mientras tú sigues allí, sin estar, perdido entre las líneas de mi mano; yo, quiero y necesito olvidarte... eres como esa piedra que tire en el océano, deseando trepar por cada nube para observarlo todo desde arriba, descubrir porque entre tantos atascos y cruces de palabras no puedes encontrar en qué punto dejaste de querer una eternidad conmigo.

viernes, 19 de diciembre de 2014

La mitad de un nos-otro


RECAPITULEMOS, volvamos atrás unos días, retrocedamos unos cientos de horas hasta el momento en el que nada quedo claro, en el que confundí (sin)querer tus silencios demasiados largos. Y cambiémoslo por palabras; aunque no digamos mucho, aunque digamos demasiado… imagínate que absurda seria nuestra conversación, con tus mentiras aun flotando por la habitación, con mis miedos haciéndome temblar. Mirándonos… echándote un poco más de menos.
Y te diría que volviésemos a sacar la ropa, en vez de hacer las maletas y a resolver las miles de dudas que se han quedado atascadas en nuestras gargantas.
Pero entonces recuerdo como dijiste que no fue nada y la realidad es que si me preguntasen a mi yo diría que fue más que nada y menos que todo. Que fue lo que paso. Y lo que ya tiene un sabor amargo.
El tiempo me ha enseñado que por muy fuerte que te empeñes en cerrar los ojos, los tienes que abrir tarde o temprano.
Que si no llega el calor y te quemas…
Que si no llega el frío y te congelas…
Porque la diferencia entre lo que imagine, lo que inventaste y lo que paso no están distintos a decir que en tu ventana en sol salía dos segundos antes que por la mía.
Y que en esos dos segundos de diferencia que hay de tu universo al mío, hay un vacío-espacio tan grande que las palabras ya no pueden solucionar nada. Que solo quedan los ecos de nuestras voces distorsionadas, mintiendo o no creyendo nuestras verdades.
… y es que en el minuto que dejemos de intentar ser únicos, dejemos de serlo.

jueves, 24 de julio de 2014

“(No)Todos estamos destinados a hacer grandes cosas”

No necesito que me digas que todo está bien, ni que me hagas repetirlo en voz alta; autoconvenciendonos de otra mentira. Aceptar lo que somos, lo que hemos creado es una de las metas en nuestra vida. Esto no quiere decir que lo que hemos creado sea bueno o malo, simplemente es nuestro. Nuestro pequeño universo por el cual lucharíamos tanto hasta que se nos rompieran las uñas y nos sangrasen los dedos. Y todo por algo que la mayoría de las veces no merece la pena. Pero seguimos peleando y luchando. Yo sigo aquí sentada, mientras todo cambia a mí alrededor. Me guste o no y aunque me encantaría levantarme, dar la cara y hacer algo para evitar que todo se desmorone, no lo hago, porque no todos estamos destinados a hacer grandes cosas, sino que tenemos miles de pequeños objetivos que completar día a día y noche a noche hasta reencontrarnos, hasta saber exactamente cuáles son nuestros principios, metas, sueños y si estamos preparados para conseguirlos.

¿Lo peor de todo esto?

La decepción. Esa falsa sensación con la que pasas de saberlo todo a no creer en nada. Ese sentimiento con el que te tropiezas cuando estás seguro de haber encontrado tu lugar. Tú falsa comodidad. Que suerte que hace tiempo me prometí no decepcionar a nadie y que infortunio que sin querer suelo crear falsas expectativas. Parece que siempre busco en el lugar equivocado ¿Pero cómo consigo mantenerme en pie?¿Si tropiezo en lo más fácil como voy a impedir caerme en lo difícil?

Por eso, si alguien le sobra esa fuerza que hace levantarse a los atletas cuando se caen, un puñado de polvos mágicos que me prometan no más decepciones, ni caídas, no más falsas expectativas, esperanzas, sueños imposibles, ni voces que me digan que hacer… ganas de seguir luchando; guardarme unos pocos. Necesito volver a creer en mí; seguir completando mis pequeños objetivos todos los días; que me demuestren que en realidad todos estamos destinados a equivocarnos.