10. Mas que palabras.

Y como hablaba Ana, no paraba. Al principio no dije nada, tímida e inseguridad me acerque a ella. Me quede parada cuando me rodeo con los brazos y me dijo:

- Aun no me creo que este contigo… estaba preocupada ¿Lo sabías? Cuando me llamaste, yo… te intente localizar – pude ver su cara de preocupación – menos mal que estabas en buenas manos.

Me gire y seguí su mirada detrás de mi hombro hasta Jace

- Y tú ya llamas a eso estar en buenas manos.

- ¡No ves, Ana! Es irritante, no tiene control, hace las cosas antes de pensarla y además solo tiene 16 años ¿Escuchas? Has incitando a escaparse de casa a una niñata.

- ¿! Que!? ¿Tú ves como me trata?

Ana pone los ojos en blanco y antes de que pueda decir nada, Jace se acerca y me revuelve el pelo mientras me coge de las mejillas y me las aprietas. Y luego sale corriendo y yo detrás del. Abre la puerta mientras lo intento agarrar. Esta amaneciendo y el sol me tapa toda la visión. Hago un esfuerzo y le persigo. De pronto se para y me mira.

- Oh vamos Janis, no seas mala… - Me acerco un paso y el da uno para atrás – Esta bien, juro que no me meteré mas con tu edad.

Doy más pasos hasta situarme en frente de él y lo señalo con el dedo.

- Eres un hijo de puta – El choca con un árbol y se queda quieto, quizás escuchándome por primera vez – un capullo y un idiota… se que le hablaste de mi ha clara... yo confié en ti, hasta llegue a pensar que éramos “amigos” y tu pues siempre lo jodes todo.

Me he acelerado y me acerco más a él y… a su boca. El suspira, me mira. Con esos ojos grises que tanto me gustan y me derrito ligeramente.

- No podías guardártelo para ti, todo lo que te conté… !Claro que no¡ Tu eres el típico chulo que se las tira a todas sin pensar y no siente nada. Eres de esos que te importa una mierda los demás y sus sentimientos y se creen más importantes por tener una cara bonita. Pues te equivocas con todo ¿Vale? Esto no funciona así.

Solo nos distancian unos cuantos milímetros, mi corazón parecía salir de mi pecho y temblaba ¿Por qué no decía nada? El está quieto junto al árbol yo enfrente suya, quizás demasiado cerca y no aguanto más, sin pensarlo demasiado, pongo mis labios sobre los suyos. Nunca pensé que mi primer beso seria así, es decir, nunca creí que yo daría el beso. Siempre he esperado a un principie azul y a que todo fuera como en las películas, siempre pensé que él me cogería de la cintura y me besaría tiernamente mientras me juraba amor eterno. Y esto era totalmente diferente. Fue más un instinto salvaje, la manera de expresar el amor, el dolor, los celos y todo lo que había aguantado hasta ahora. Y yo dejando la timidez a un lado, me zambullo en sus labios. Nunca había besado antes, por lo que al principio solo imitaba sus gestos, la forma de tocarme; como acariciaba mi cara mientras que con la otra me apretaba más contra él. ¡Y como besaba Jace! Por un momento me sentí celosa al pensar con cuantas chicas se habría besado para conseguir hacerlo tan bien, tan natural, tan cariñoso, tan intenso…tan él. Se separa unos milímetros, para dejarme respirar. Lo que él no sabe es que yo no necesito respirar, lo necesito a él. Vuelvo a besarlo, esta vez más segura. Le muerdo, mientras el gruñe y me levanta por la cintura y yo le rodeo con las piernas. Me pierdo por un momento y me dejo llevar por él y por este cosquilleo que recorre todo mi cuerpo. Y entonces todos mis sentimientos parecen revolotear en mi interior y esa electricidad que antes sentía se vuelve tan intensa. Cuando abro los ojos me doy cuenta de que me llevaba mirándome todo el rato pero no me aleja de él, me pasa los labios por la mejilla y me un besito en la nariz luego se acerca a mi oreja y me pregunta mirando a la mejilla que acaba de besar.

- ¿Cómo te has hecho lo de la mejilla?

- Le di un puñetazo al cristal del cuarto de baño…

Se ríe y me da un beso en la frente y me susurra un lo siento. Y regresamos así, cogidos de la mano, sin decir nada y sin mirarnos demasiados. Felices por lo que acaba de pasar y por lo que queda. Cuando entro en la casa, encuentro a Clara en pijama a lado de Ana. No hace falta leer los labios para saber que están discutiendo.