11. Cristal.

“Dejaré de besarte si he de dejar algún vicio”

Entrecerré los ojos y agache la cabeza ante de coger todo el aire que había en mi interior y soplar todo lo fuerte que pude para intentar apagar las 18 velas que había delante de mí. Oí la risa de mi madre cuando cerré los ojos un poco más fuerte para pedir mi deseo y cuando los volví a abrir me encontré en sus brazos protectores

- Feliz cumpleaños, cariño – susurro en mi oreja - ¡No puedo crear que ya seas mayor de edad!

Me acurruque en sus brazos y le sonreí con la boca en su hombro. Mi madre era definitivamente la cosa que más quería de mi vida. Se separa de mí y guiñándome un ojo sale de la habitación. Sé que va a por mí regalo, ese, que ya le he dicho tantas veces que no hacía falta y supongo que en ese momento, en el que me estaba retorciendo de los nervios por ver un estúpido regalo fui capaz de darme cuenta que aunque acababa de cumplir los dieciocho aún era un niña pequeña en mi interior. Una que le encanta cuidar de sus amigas, que aun sentía mariposas por recordar los besos con Deeven anoche y una que en confiaba aun en los cuentos de hadas.

Suspire pesadamente cuando volvió con una sonrisa y aunque solo estábamos ella, la tarta y yo me sentí demasiado querida en esta habitación. Hice un poco de teatro cuando me abalance hasta ella y le intente quitar el regalo… mejor dicho los regalos y solo por la forma rectangular que tenían todos menos uno supe al instante lo que era. Desenvolví cada uno de los libros con todo el cariño que se merecían. ¡Cómo me conocía mi madre! Por dentro estaba saltando de felicidad… ella sabía que los libros habían sido siempre mi primer amor, bueno ahora habían pasado al segundo, porque había un chico que vivía dos casas enfrente que tenía mi corazón.

Le murmure una rastra de gracias alternando con besos y abrazos. No podía estarme quieta y cuando abrí mi último regalo que era una pulsera de plata mi boca se abrió

- Te quiero tanto – le grite y ella rio – Me encantaaaaaaaa

Después de terminar de cenar no me apetecía hacer nada por lo que subí a mi habitación y empecé a leer mi primer libro. Trataba sobre dos enamorados que no podían estar juntos y supongo que fue la portada la que me conquista. Me quede dormida en la página 43 y lo sé muy bien porque cuando unas manos tocaron mi hombro y salte asustada lo primero que vi era el libro pegado en mi cara. Levante la cara frunciendo el ceño y una sonrisa con dos hoyuelos me recibió.

- ¿Qué haces aquí?

- Iba a entrar a mi casa cuando he visto la valla de  la vieja de enfrente… y no he podido evitar pensar en ti – dice paseándose por la habitación – por lo que me he tomado alguna liberta al coger la llave escondida detrás de la maceta, que por cierto deberías regar y he entrado en tu casa… pero no te preocupes he ido despacio para no despertar a tu madre.

Mi boca cae al suelo mientras el coge una foto de mí y de Lisa y pasa un dedo por el marco. Luego se gira hacia mí.

- Bueno… ¿Qué has hecho hoy? – musita abriendo un par de cajones llenos de ropa y me levanto justo cuando abre el de las bragas, pero voy demasiado tarde y se queda con unas de color rosa – Me gustan… - - ¿Me las puedo quedar?

- Deeven – gruño – deja eso.

Me ignora y se las mete en el bolsillo mientas sigue su inspección. Coge uno de los libros que me ha regalado mi madre y lee la sinopsis de atrás.

- ¿Te has comprado tu todos estos libros? – me mira.

- Ha sido un regalo – digo acercándome al bolsillo donde están mis bragas – ¡Dámelas!

- ¿Un regalo?

- Si, por mi cumpleaños - digo rápidamente – no hace gracia, devuélvelas.

Ladea la cabeza y frunce el ceño.

- ¿Hoy…? ¿Es tu cumpleaños? – dice incrédulo y cuando asiento con la cabeza su mano va hacia mi mejilla – mmm… ¡Felicidades! ¿Se puede saber cuántos cumplen?

- ¿Qué más da? – le digo molesta por que no sabe mi edad y ayer tuvo su lengua en mi boca durante lo que pudo ser una eternidad.

- No me mires así… yo solo quería saber si eras lo suficientemente mayor para hacer las cosas que en las no puedo dejar de pensar en cuanto te veo.

Me quede mirando sus labios un buen rato y me pude fijar como en el labio inferior tenía una pequeña herida de una mordedura ¿Se lo había hecho yo?  Cuando levante la cara avergonzada me encontré con su sonrisa acercándose cada vez más y más a mí. Me beso despacio, suave, suspirando, gimiendo con sus manos a ambos lados de mi cara. Luego se apartó de mí y olio mi pelo mientras nos abrazábamos. Estuvimos demasiado tiempo callados para que el silencio empezara a ser molesto.

- ¿En qué piensas? – pregunta.

- En que apenas te conozco – el me frunce el ceño y yo digo aclarándoselo – pensaba en que estaba besando a alguien que no sabe cuantos años tengo.

Sus brazos se aprietan a mí con más fuerzas sin decir nada y se con certeza, que en ese momento, el era la persona que mas me conocía del mundo.

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Holaa, no, aún no he acabo los exámenes pero cuando lo haga la próxima semana os prometo que os hartareis de mí y mis entradas. Comentaros que si todo va bien el próximo jueves tengo pensado crear el blog de reseñas; aún no se el nombre así que si me pudierais dar ideas… Os recuerdos que aun podéis apuntaros quien queráis, de momento somos: Laura, Luna, Almudena, Irene y Laura ¿No? Muchísimas gracias a todas por participar y otro gracias especial a Laura http://21-defebrero.blogspot.com.es/ que me ha dicho que me ayudaría con el diseño y todo lo demás.  Un beso muy grande a todas y espero que os guste mi capitulo ;)