"Éramos como una canción vieja que te gusta y vuelves a reproducirla cuando ya te habías olvidado de ella"

Historias

lunes, 28 de octubre de 2013

El reloj de las horas muertas.


"Soy el invierno contra tu primavera"

Mil cuatrocientos cuarenta segundos de tu día y algún minuto es lo que tardan tus pasos en asimilar que no saben dónde se dirigen y sin embargo una fugaz vista atrás y  ellos aceleran la velocidad arrastrando todo los secretos que compartes con la luna entre el polvo que hacen tus zapatos al caminar y el chasquido de la lluvia contra tu chaqueta y prometes no buscar más respuestas en las líneas de la mano, no creer en la próxima hada que te diga que todo saldrá bien mientras percibes que se ha terminado otra botella en tus manos y aun así sigues teniendo sed.

 Y mientras buscas las fuerzas para volver al único lugar en el que te sentías seguro, te das cuenta que dejaste las huellas de tus últimos recuerdos en el baño de aquel bar y al tirar de la cadena el mundo se atraganto y  dejo de funcionar para ti. Y empezaron a explotar uno a uno todos tus sueños y comenzaron a desatarse cada hilo de confianza que tanto te había costado coser. Y hubieras querido no escuchar nunca sus palabras de despedida, no ver sus últimos pasos lejos de ti… hubieras deseado llorar para cerrar las heridas, poder regresar a la noche del bar y coger su mano antes de que sus dedos rozaran las de otro… se escapó sin apenas darte cuenta; un día estaba en tu almohada y a la mañana escapando del balcón de vuestra habitación, llevándose con ella, las horas muertas de tu reloj y así  fue como dos luces que iluminaban ciudades enteras se apagan, dos estrellas que se marchitan, se desintegran, se extinguen…

Y mientras tú detienes el mundo cerrando los ojos esta noche; ni te imaginas todo lo que has recorrido pensando que todo estaba perdido, cuanto has avanzado queriendo entender que hiciste para que merecer esa traición. Pero ya has llegado a casa y las ultimas gotas de lluvia se han quedado paralizas en la nariz y en tu pelo esperando a que abra las puerta y las seque.

 Y a pocos pasos de ti estaba el sonido del viento contra mi pelo susurrándome palabras para poder dormir antes de apagar las luces, cuando tus nudillos rozaron la madera de mi puerta y puedo jurar que sonó como si mi mundo temblara.

Estabas frió cuando empezaste hablar y no callaste hasta que vimos los primeros rayos del sol entrar por mi ventana. Agotado de dormir sin sueños y vivir entre sus mentiras. Demasiadas palabras en tan poco tiempo. Pocos sollozos de un viento demasiado cansado.

No sé si fue entre tus lagrimas o las mías. No sé si fue en el “te he echado de menos”, en el dolor que reflejaban tus ojos cuando me mirabas, en medio del segundo beso, en la falta de ropa, en cuanto mí piel rozo la tuya o en ese apretón de mano donde sin hablar te dije: Aprende a caminar sobre el dolor. Y tu, como mala costumbre, cerraste los ojos y detuviste, una vez más, nuestro mundo.

4 comentarios:

  1. Creo que las personas debemos aprender a convivir con el daño. Porque el daño siempre va a estar y aunque seamos felices las espinas existen..
    Me ha encantado la frase de "Soy el invierno contra tu primavera"
    Besos.

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    1. Si, eso es lo mejor que podemos hacer; aprender a vivir con las heridas y decepciones, aprender a sonreír aunque todo vaya mal. Pero como he dicho en la entrada anterior, es mas fácil decirlo que hacerlo.
      Pues nada, que mil gracias por comentar!
      Un besazoooo

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  2. Precioso!! me gustó muucho!!!!! ^^

    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

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    1. Muchisimas gracias, guapa!!! Me alegro un montón de que te gustara :)
      Un besooo enorme!

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