1#Daniel

Una corriente eléctrica recorrió mi cuerpo, empezó por mi mano y siguió avanzando por la columna vertebral hasta los dedos de mis pies. Me gire, mareada, pero solo me dio tiempo a ver como alguien cerraba la puerta de un portazo. No lo había visto, pero tampoco me hacía falta, sabía perfectamente quien era, sabia quien había pasado por mi lado y me había cortado la respiración, quien me había hecho temblar y que estar de pie sobre este suelo no fuera suficientemente seguro. Daniel, un nombre demasiado dulce para él, en verdad todo era demasiado dulce comparado con su pelo negro, sus pantalones desgastados, sus ojos verde oscuro y su pinta de malote que atraía a todas las chicas. Su mirada era parecida a la sensación de estar clavándote miles de agujas por la espalda, su mirada decía que nos alejáramos de él, pero en verdad, eso a mí me provocaba y además las miles de mariposas que recorrían mi estomago cada vez lo que veía, no ayudaban. Creo que me evita, desde el día del baile, desde el día en que me acerque a él, demasiado borracha para recordar de lo que hablemos exactamente, pero lo suficientemente sobria para saber que le bese, para sentir extraña sensación en mi cintura, adonde él había colocado sus manos y para recordar que el me dijo que esto no está bien, que me fuera a mi casa, que me alejara de él. Y yo  como soy demasiado estúpida, he hecho todo lo contrario. Porque necesito hablar con él, necesito respuesta a porque amanecí tirada en la fiesta del instituto, a porque no recuerdo nada después de que lo encontrara y aunque bebí, y dejando aparte de que era la primera vez y de que lo hice porque estaba desesperada viendo como todos se divertían menos yo, podría decirse que lo recordaba casi todo, aunque eran imágenes borrosas. Después de que lo encontrara, nada, solamente esa sensación en los labios, su olor que se había quedado impregnada en mi piel y unas cuantas frases. Y aun no me explicaba que algo que estuvo mal me hacía sentir tan bien, me desmoronaba intentando recordar algo, me pasó todo el día pensando en lo mismo y cuando lo veo, bueno, me gustaría tirarme a sus brazos aunque se supone que si me dejo tirada después de besarme debería sentir asco por él. Por eso mi mejor amiga Janis o mejor dicho la única que me comprendía y que ahora estaba pasando por su etapa gótica-punk, aunque la semana pasada llevara camisetas de colores con demasiados dibujos y purpurina por todas partes, habíamos creado un plan.

-          ¡Danaaaaa! Por dios ¿en qué mundo estas? –me miro arrogante y luego abrió los ojos– Te has fijado como esta ese… uff Dana por dos quita esa cara de amargada.

-          No estoy amargada… ¡pero me vas a ayudar o que! – dije lo suficientemente alto para que los adolescentes que había en mi instituto con las hormonas demasiado revolucionadas y sus risas me fulminaran con la mirada por haberles interrumpido es su vida PERFECTA y sus carcajadas falsas.

La mire justo cuando Daniel volvió a abrir la puerta con dos amigos a su lado y dejaban escandalizados a medio instituto con su belleza, casi sobrenatural. Me mordí los labios y volví a sentir esa corriente eléctrica, pero esta vez más fuerte.

-          Vale está bien, debo admitir que tienes buen gusto – murmura Janis.

Pero casi no la oigo porque estoy demasiado concentrado en sus ojos verdes que me miran y en su boca perfecta que estoy segura que iba a dirigirme una de sus sonrisa pero al final me decepciona ver que me hace una mueca y me mira de arriba abajo, inspeccionándome, luego se sienta con Molly y sus grupo de barbie con poco cerebro. Niego con la cabeza confusa y me vuelvo a Janis que esta boquiabierta mirándoles.

-          Vamos Janis, te van a entrar moscas en la boca – me reí e incapaz de no mirar, volví a echar un vistazo a la sala, solo quedaba 10 minutos de recreo, era poco tiempo para mejorar nuestro plan – Eh… ¿entonces me vas a ayudar no?

-          Ayudarte a perseguir hasta su casa, cuando suene el timbre a las 2 y media al tío mas bueno del instituto, porque según tu el otro día os liasteis y luego te dejo tirada y crees que esconde algo y no voy a analizar el hecho de que estabas borracha no te acuerdas de nada y ni Daniel, ni su amigos se han acercado a nosotras en la vida….. bueno porque no, me apunto – Me dirijo una sonrisa de e-s-t-a-s-c-o-m-o-u-n-a-p-u-t-a-c-a-b-r-a.

La abrace lo más fuerte posible y al hacerlo me clave una pincha de su collar. El timbre sonó y volvíamos todos a clase, solo dos horas, me dije una y otra vez cuando el profesor de historia no explicaba con detalle la segunda guerra mundial. Espere, contando los minutos hasta que el timbre volvió a sonar, pero ahora no indicaba que podíamos hacer lo que nos diera la gana, que éramos libres y encima viernes. Salí la primera de clase sonriendo y me encontré con Janis en la puerta.

-          ¿Preparada para emociones fuerte, cariño? – Dijo, bajándose un poco sus gafas de sol.

Puse los ojos en blanco y sonreí. Nos sentemos en el banco más cercano, esperando a que Daniel saliera y efectivamente como supuse salió el ultimo y solo. No se percato de nosotras, asique se dirijo hasta su moto. Mierda, era idiota sin remedio como no se me había ocurrido que cogería la moto. Resoplo y Janis intenta evitar no reírse, ante el fracaso de mi plan.

-          ¿Y ahora qué?

-          Ahora a improvisar – le digo empujándola hacia delante, hasta los aparcamientos - Haz como si te hubieras caído o algo y necesitáramos su ayuda.

-          ¿Estás loca? Este plan es tuyo asique la que se cae eres tú, además Dana porque no lo dejamos, es lo mejor, no pensaba admitirlo pero ese chico me da mala espina, no sé cómo explicarlo… su mirada. Lo mejor es que nos alejemos de aquí y de él.

Niego con la cabeza, incapaz de asimilar lo que ha dicho. Janis mi mejor amiga desde primaria, me va a dejar tirada, es mas apuesto a que lo va a hacer y lo peor de todo es que si yo estuviera en su lugar también haría lo mismo… pero esta vez no se me va a escapar, estoy intentando hablar con él, durante toda la semana y Daniel no ha parado de ignorarme y evitarme, luego está el hecho de que me mira demasiado y cada vez que sus ojos encuentran los míos, sonrió como una tonta. Necesito hablar con él, necesito escuchar el sonido de su voz, aunque solo sea una vez. Y si Janis no me acompaña iré sola.

-          Dana, déjalo, por favor…

-          - Hace dos minutos parecías casi ilusionada… ¿se puede saber lo que ha cambiado hasta ahora? – pero ella ya no me mira, sino que está concentrada en algo, algo que me está haciendo temblar y está detrás de mí - ¿Janis?

-          Me largo –Dijo despidiéndose y echando a andar hacia el lado contrario – espero que después de darte la vuelta seas prudente y me sigas.

Me gustaría decir que no tenía miedo, que les plante cara a todos y le pregunte a Daniel que paso esa noche hasta que le obligara a contestar, hasta que descubriera que escondía. Pero lo que hice nos e parece nada a eso. Mis piernas frágiles, empezaron a temblar a la vez que el teléfono móvil sonó pero no tuve fuerzas para cogerlo, porque estaba congelada y es que no creía lo que veían mis ojos. Cuando me di la vuelta, había un grupo de tíos que eran todos tan perfectos y guapos e habían tantos que me asuste, y me asuste mas cuando vi, a alguien tirado en el suelo desangrándose, al principio no sabía porque no pedía ayuda, luego lo mire mejor, estaba muerto. En ese momento fue en el que la cague, al echar a correr y hacer tanto ruido o al menos el suficiente para que echaran a correr tras de mí. No pare, corrí  y corrí, pedí ayuda y grite pero maldita sea esto solo era un pueblo de pocos habitantes y no solía haber mucha gente por la calle. Hubo un momento en el que me obligue a parar porque no tenías fuerzas. Mire a mi alrededor y me sentí aliviada a no encontrar a nadie, esa posiblemente, es la mejor sensación que tenga jamás la de saber que he ganado. Cerré un momento los ojos e intente relajarme…. cuando oí ruidos. Con sigilo me escondí en un árbol y espere. Pero los ruidos no cesaron, es más, cada vez se oían más cerca...